La ciencia como mascarilla de la comunicación

Imagen de la tierra con una mascarilla puesta

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La mascarilla se ha convertido en uno de los iconos de la pandemia provocada por el Covid-19.  Su uso, sin embargo, no está tan generalizado como su imagen y las autoridades sanitarias y políticas de los diferentes estados no se ponen de acuerdo sobre cuándo, dónde y cómo se debe utilizar. Mientras en la mayoría de países asiáticos el uso de mascarillas por parte de la población civil está normalizado, en los países occidentales no es tan corriente ver a una persona por la calle llevándola. ¿Es necesario usar mascarilla para evitar el contagio por coronavirus? Esta es, sin duda, una de las preguntas que más se repite en hogares y tertulias.

La comunicación inicial en el uso de las mascarillas

Hasta ahora, el criterio seguido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno de España era el de no recomendar mascarillas de papel para la población en general, pues su uso no servía para limitar la transmisión del virus entre personas. En un artículo publicado por el medio digital eldiario.es se explica detalladamente.

 

Una de las razones para no recomendar la utilización de mascarillas es que su uso masivo puede contribuir al desabastecimiento en los casos en que sí son necesarias. Se nos advertía, también, que usarlas de manera incorrecta podía aumentar el riesgo de contagio por la falsa sensación de seguridad que nos proporcionan y el peligro de infectarnos poniéndolas o quitándolas. Sí debían usar las mascarillas quirúrgicas los pacientes tratados por la Covid-19, para evitar la liberación de gotitas con virus al aire a través de saliva o mocos, o también los profesionales de la sanidad, entre otros.

imagen de dos mascarillas de prevención cruzadas sobre fondo rojo

El cambio comunicativo marcado por la ciencia

El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, abrió la puerta a recomendar a la población en general la utilización de mascarillas el pasado viernes 3 de abril. En el seno de la OMS se está repensando esta postura y otros países también lo están meditando. ¿Qué podría hacer cambiar de opinión en una materia tan sensible? La respuesta la encontramos, una vez más, en la ciencia y la investigación.

Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature analiza la gran capacidad de contagio del coronavirus. El País titula “El nuevo coronavirus se multiplica 1.000 veces más en la garganta que el virus del SARS”.  Según este informe, que ha evaluado a nueve enfermos en Alemania, el Covid-19 se concentra y reproduce en la garganta de manera muy rápida en los primeros días de contagio. Los resultados de la publicación ponen en cuestión algunos aspectos de lo que hasta la fecha sabíamos sobre la transmisión del virus a partir de la suspensión de partículas en el aire.

 

El Covid-19 monopoliza la conversación de los medios de comunicación, es el protagonista de la agenda. Un cambio tan importante en la comunicación de una de las principales medidas de prevención no podía pasar desapercibido, más aun sabiendo de la importancia y fragilidad a la vez que caracterizan a la comunicación en estos tiempos. Échale un vistazo  a nuestro artículo comunicar en tiempo de coronavirus para saber más sobre cómo está afectando esta crisis a la comunicación. En todo caso, desde el Gobierno afirman que no se trata de bandazos ni improvisación, sino más bien de un cambio en el conocimiento científico. Es la evidencia científica la que marca el paso a la comunicación.

 

¿Mascarilla sí o mascarilla no? Esta es la cuestión que se trata de resolver ahora mismo. Por si queréis profundizar un poco en el debate y sus aristas, os dejamos un fragmento del programa Hora 25 de la Cadena SER.  

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